Grottole es un municipio con algo más de 2.200 habitantes, de los cuales solo 300 residen en su centro histórico, que cuenta con unos 600 hogares abandonados. A pesar de que existen varios puntos de interés, como la Chiesa Madre Parrocchia Santa Maria Maggiore o el Castello Sichinulfo, un breve análisis permite detectar la falta de espacios libres y de zonas de estancia y disfrute para sus habitantes. No hay lugares adecuados para descansar, sentarse o admirar las vistas del valle del río Basento.
Tener presente la concepción de la ruina como monumento en sí mismo—a preservar sin reconstruir ni desvirtuar—es una clave esencial desde el inicio del proyecto. Este no busca llenar el espacio, sino habitar el vacío y ponerlo en valor.
Se propone mantener la cota 0 de la iglesia como una nueva plaza pública, de modo que los habitantes puedan apropiarse de ella y utilizarla para conciertos al aire libre o exposiciones, simplemente mediante el tratamiento del pavimento y la reparación y refuerzo de los muros existentes. Así, el concert hall requerido se plantea bajo la iglesia, generando una arquitectura enterrada con entrada independiente desde la Viale della Resistenza, aprovechando el desnivel del terreno.
Además, es posible acceder desde el concert hall a la cota de la plaza mediante un gran núcleo de escaleras, que se convierte en el único elemento protagonista desde la avenida. Este núcleo también conecta con los recorridos superiores, generando un paseo elevado con nuevos miradores. Un segundo núcleo de escaleras, ubicado en la torre de la iglesia, permite el acceso a las nuevas pasarelas desde la plaza, lo que hace posible su uso incluso cuando el equipamiento no esté en funcionamiento, dotando a Grottole de un nuevo espacio público de convivencia.
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